viernes, 1 de julio de 2016

SEMANA 12

LOS SATÉLITES


Los Satélites son artilúgios que se envían dentro de artefactos de lanzamiento y que mantienen una órbita alrededor de estrellas o planetas y toman imágenes de estos , gracias a estas imágenes los científicos y astrólogos pueden estudiar mucho mejor la superficie de los planetas , las estrellas , los cometas , los asteroides etc. Cuando un satélite termina el trabajo al que estaba destinado permanece flotando el el espacio y se convierte en basura espacial.



                                         


El movimiento de un satélite que está en órbita alrededor de nuestro planeta está controlado por la gravedad de la Tierra. Cuanto más cerca se encuentre el satélite de la superficie terrestre, mayor será el tirón de la gravedad, y mayor será la velocidad del satélite para compensar la fuerza gravitatoria y mantenerse en órbita. El satélite Aqua de la NASA, por ejemplo, necesita unos 99 minutos para dar una vuelta a la Tierra desde su órbita a 705 kilómetros de altura. En cambio, un satélite meteorológico, que se suele encontrar a algo menos de 36.000 kilómetros de la superficie de la Tierra, tarda un día en completar una órbita. Nuestro único satélite natural, la Luna, que se encuentra a 384.000 kilómetros de distancia, completa una órbita cada 28 días.

Conviene apuntar que los satélites no se distribuyen uniformemente alrededor de nuestro planeta, sino que se que se acumulan principalmente en dos bandas de altitud. La primera de ellas es la llamada órbita baja terrestre (LEO, de sus siglas en inglés low Earth orbit), que comprende la zona situada entre 160 kilómetros y 2.000 kilómetros de altitud. Salvo el programa Apolo que nos llevó a la Luna, todas las misiones espaciales tripuladas han tenido lugar en la LEO; ahí es donde se encuentra ahora mismo la Estación Espacial Internacional. Esta órbita también es la preferida de los satélites de reconocimiento fotográfico y de los satélites de observación del clima y el medio ambiente terrestre. Otro de sus ilustres huéspedes es el telescopio espacial Hubble, que orbita a unos 600 kilómetros de altura.

La otra franja importante es es la órbita geoestacionaria terrestre (GEO), situada exactamente a 35.780 kilómetros de altura. Esta órbita tiene la peculiaridad de que la velocidad de un cuerpo que se encuentra en ella es tal que tarda 24 horas en dar una vuelta entera a nuestro planeta. Como la Tierra también tarda ese tiempo en completar un giro, resulta que un objeto en dicha órbita se encuentra siempre sobre el mismo punto de la superficie terrestre. Por ese motivo, en la GEO se ubican la gran mayoría de los satélites meteorológicos y los satélites de telecomunicaciones. 

De los más de mil satélites que hay en activo actualmente, la mayoría se encuentran repartidos entre la LEO y la GEO (489 y 424, respectivamente). El resto están en la zona intermedia, por encima de los 2.000 kilómetros de la LEO y por debajo de los 36.000 kilómetros de la GEO. Esto es lo que se conoce como órbita media terrestre, MEO. Los 24 satélites que forman el famoso sistema GPS se encuentran ahí, a 20.000 kilómetros de altura, y tardan 12 horas en dar una vuelta a la Tierra. Unos pocos tienen una órbita elíptica, donde se acercan a alturas de LEO en su punto de máxima aproximación, y se retiran a la GEO o incluso más allá en el punto de máximo alejamiento.



Los satélites creados por el Hombre y que han sido puesto en órbita son los llamados artificiales y, el primero de ellos fue el Sputnik, lanzado por los rusos enoctubre de 1957. Éste, tenía un diámetro de 56 centímetros y pesaba 83 kilos, siendo capaz de apuntar varios puntos de la superficie terrestre con una especie de luz de radio.


Cada satélite está compuesto de 4 partes: fuente de poder, control de acción, antena para transmitir y recibir información y, un sistema para recolectar información. Estas cuatro partes son necesarias para que un satélite artificial sea funcional; los satélites fabricados por el Hombre varían mucho en complejidad y van desde estaciones meteorológicas a la Estación Espacial Internacional.

¿Cómo se mantiene un satélite en orbita?

Los satélites artificiales flotan en el espacio indefinidamente, incluso después de cumplir con su misión o tiempo de uso. Estos no caen gracias a dos cosas: su velocidad, que debe ser superior a los 8 kilómetros por hora, y la propia curvatura de la Tierra.


Los satélites tienden a caer de forma continua, pero gracias a la curvatura lo hará alrededor del Planeta, sin entrar nunca a la atmósfera, volviendo a su posición inicial. Los satélites pueden orbitar en diferentes zonas, las que varían según su distancia con respecto a la Tierra. La ubicación de un satélite, depende del uso que se le quiere dar, generalmente los satélites de comunicaciones son los que están más lejos.
Actualmente hay cerca de medio millón de satélites artificiales orbitando la Tierra, pero parte importante de ellos están es desuso, formando parte de la basura espacial. A medida que aumenta la cantidad de satélites, crece el peligro de que un satélite choque con el otro.
La Estación Espacial Internacional se ha visto obligada a maniobrar para evitar que piezas de chatarra golpeen alguna de sus zonas. Las agencias astronómicas, buscan formas de devolver estos satélites en desuso a la Tierra o reciclarlos en el mismo espacio entregándoles una nueva función.



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